Las Misas y el COVID-19: Mensaje de Monseñor Rhoades

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Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

El viernes pasado, el Gobernador Holcomb anunció su plan “Back on Track” (Volviendo al Camino) para reabrir Indiana de una manera segura. Este plan está diseñado para abrir seguramente la economía de Indiana, pero también incluye pautas para lugares de culto, y permite la reanudación de servicios religiosos en los templos.

Este lunes, los cinco obispos de Indiana acordamos que todos empezaríamos a reanudar las liturgias públicas para el 30 de mayo, la vigilia de Pentecostés, con restricciones apropiadas para la seguridad. También decidimos en conjunto mantener la dispensación de la obligación de asistir a la Misa dominical al menos hasta el 15 de agosto.

Después de muchas consultas, he decidido retirar la suspensión de las liturgias públicas en nuestra diócesis, comenzando el fin de semana del 23-24 de mayo, la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Aunque no pudimos reunirnos en persona para celebrar la Resurrección del Señor el domingo de Pascua, podremos celebrar juntos la Ascensión gloriosa de Nuestro Señor. La asistencia a la Misa ese fin de semana y después se tendrá que limitar para observar el distanciamiento social necesario dentro de nuestras iglesias. Lo dejo a nuestros párrocos decidir cómo manejar el número de personas que puedan asistir cualquier Misa. No hemos especificado un número, porque nuestras iglesias son diferentes en tamaño y distribución de asientos. Sé que algunas parroquias incrementarán el número de Misas dominicales.

Es absolutamente esencial que observemos el distanciamiento social requerido en nuestras iglesias (y también fuera de la iglesia, en los estacionamientos, etc.), porque es una manera sumamente efectiva para prevenir la propagación del virus. También estamos exigiendo que todos usen cubrebocas dentro de nuestras iglesias. Les pido a todos que sigan estas reglas de la diócesis y del gobierno para que no contribuyamos a un aumento de nuevos casos que nos forzaría volver atrás y aun nos forzaría a suspender liturgias públicas otra vez.

Les he informado a nuestros párrocos que, en caso de que se impongan normas y reglamentos más estrictos, ordenados por gobiernos locales por circunstancias particulares (por ejemplo, un brote grave del virus en una área local), esas directrices deben obedecerse. Tales directrices pueden ser más estrictas que las de la diócesis y el estado.

Durante el fin de semana del 17-18 de mayo, permitiré la celebración de las Misas de Primera Comunión en nuestras parroquias. Estas no son “misas públicas” en sí, puesto que la asistencia será limitada sólo a los que van a recibir primera comunión, y sus familias e invitados. Sentí la importancia de hacer esto por el bien de nuestros niños que han esperado con emoción recibir a Jesús por primera vez en la Sagrada Eucaristía. Lo dejo a discreción de los párrocos para decidir si sus parroquias están preparadas para las primeras comuniones ese fin de semana.

Yo sé que será un reto organizar el número de personas que puedan asistir cada misa en particular. Sin duda habrá algunos retos, así que les pido a todos tener paciencia. Todos estamos en un nuevo territorio. Queremos dar cabida al mayor número de personas que sea posible, manteniendo la seguridad. No hay un plan “perfecto” en la situación que enfrentamos, y todos estamos haciendo lo mejor que podemos para resumir las liturgias públicas mientras, a la vez, tomamos las precauciones necesarias para proteger a la gente del virus y servir el bien común. Esto requiere la cooperación, paciencia y comprensión de todos. Yo sé que puedo contar con ustedes, la gente de nuestra diócesis, que han estado tan dispuestos a cooperar en estos dos meses. Ha sido hermoso para mí ver nuestra solidaridad espiritual durante la pandemia.

Quizás les gustaría ver las directrices litúrgicas y recomendaciones más específicas de la Oficina Diocesana para el Culto. Se pueden encontrar aquí: diocesefwsb.org/COVID-19.

¡Que la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, a quien nuestra nación, nuestra diócesis y nuestras parroquias fueron consagradas de nuevo el 1 de mayo, interceda por nosotros mientras seguimos el camino a una situación más segura en la tierra, y aun más importante, mientras hacemos el esfuerzo para seguir el camino hacia la seguridad y alegría del cielo! ¡Y que el Papa San Juan Pablo II, quien cumple 100 años el 18 de mayo, interceda por nosotros! ¡Dios los bendiga!

Sinceramente suyo en Cristo,

Reverendísimo Kevin C. Rhoades

Obispo de Fort Wayne – South Bend